Salida prevista a las 9:30h, y allí vamos todos con la intención de pasar un buen día de deporte en la naturaleza, en compañía de algunos compañeros de trabajo y amigos invitados, y también por qué no, para conocernos un poquito más unos a otros. No hay mejor escenario posible para ello que la Sierra de Guadarrama, no muy lejos de nuestro lugar habitual de trabajo. Hace una mañana estupenda, y la previsión de algún chubasco para ya pasado el mediodía no desanima a nadie, el objetivo está marcado y todos nos sentimos seguros de poder alcanzarlo.
El plan consiste en, partiendo desde el pueblo de Los Molinos, a unos 1.100 m. de altura, en las estribaciones de la sierra, ascender por el valle del Río de la Fuenfría hasta el puerto del mismo nombre, a unos 1.800 m. de altitud, continuar hacia el Collado de la Marichiva para pasar al valle del Río Moros y continuar hasta el Collado de los Leones, y lanzarse en descenso continuo, rodeando la Peñota, para retornar a nuestro punto de inicio en Los Molinos, donde en casa de Javier nos esperará una estupenda barbacoa para reponer fuerzas.
Nada más dejar las calles del pueblo comenzamos a rodar sobre uno de los tramos de la antigua calzada romana de Madrid a Segovia que discurre por este valle en la vertiente madrileña de la sierra. Altos y recios ejemplares de pino silvestre nos escoltan a ambos lados, sus raíces junto con las pulidas piedras de la calzada repartidas con irregularidad por el piso, nos dificultan la marcha. Al poco rato alcanzamos la zona recreativa de las Dehesas, donde se produce la primera reunificación del grupo y donde cambiamos la antigua calzada romana por la más reciente Carretera de la República, con la que Primo de Rivera pretendía acortar el trayecto entre las cercanas localidades de Cercedilla, en Madrid, y Valsaín, ya en Segovia, en la vertiente norte de la sierra. El proyecto nunca se concluyó, curiosamente gracias en parte a la oposición de los partidos ecologistas de la Segunda República, y como resultado nos ha quedado esta maravillosa vía para disfrute de senderistas y ciclistas de hoy día.
Todos rodamos con más o menos facilidad ahora, alguno diría dificultad, por las suaves pendientes de una pista bien mantenida y gestionada por la administración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama que estamos atravesando. Esta nos llevará lenta y gradualmente, atravesando un denso pinar, al Mirador de los Poetas, donde los ciclistas más experimentados del grupo realizan una nueva parada para esperar a los menos acostumbrados a estos esfuerzos sobre la bici. Las vistas sobre la sierra, e incluso sobre la Ciudad de Madrid en la lejanía, hacen de esta una parada casi obligatoria a lo largo de esta ruta.
Desde aquí hasta alcanzar el techo de nuestra jornada, el Puerto de la Fuenfría, no hay más que continuar el suave ascenso durante unos pocos kilómetros más. La espera a los rezagados se hace más corta allá arriba, amenizada como estaba por el paso de varios Buitres Leonados a baja altura sobre nuestras cabezas, y pronto emprendemos el descenso al Collado de la Marichiva. Allí comienza un corto tramo de fuerte pendiente y firme pedregoso que hace poner pie a tierra a más de uno, pero todos nos reunimos de nuevo al llegar a la pista que nos llevará a través de otro bello paraje donde de nuevo es el pino silvestre el dominante. La mayor humedad de estas laderas orientadas al noroeste contribuyen a crear un bosque más espeso y frondoso, y más bello si cabe que los que hemos dejado atrás. El grupo se lanza ahora en un descenso vertiginoso en el que si dejas de dar pedales te quedas atrás. Los de cabeza juegan a ver quién es más hábil y fuerte en la bajada y los de detrás lo hacen a mantenerse sobre la bici y dentro de los márgenes del carril y a intentar que las piedrecillas que saltan del ciclista que llevas delante no se te metan en un ojo; el que no llevaba las gafas puestas debido a lo sombrío del bosque, se las pone ahora aun a riesgo de perder control de la bici. Y sí, ya lo había oído en alguna parte, pero fue interesante comprobar cómo se puede uno cansar casi tanto en bajada como en subida, todo depende, igual que si hablásemos del conjunto de una ruta, sea la que sea, del ritmo aplicado. Y este ritmo bien aplicado, nos llevó en un periquete hasta el siguiente punto de reunificación junto a una de las cancelas que regula el tráfico rodado por la zona. Allí compartimos durante unos minutos bromas, comentarios, experiencias recién acontecidas y sensaciones recién vividas, para entretener la mente, y también frutos secos, fruta y galletas para entretener el estómago, a la espera de la ansiada recompensa que nos espera en la meta.
Retomamos la marcha a buen ritmo sobre un terreno y un firme irregulares que ponen a prueba de nuevo nuestras ya cansadas piernas, aunque hay quien dice que no es la fuerza física la que en muchos casos decide, sino una cabeza obstinada y empeñada en un objetivo; y estas cabezas decididas son las que nos llevan a todos a coronar al fin el, bien conocido por los ciclistas locales, Puerto de los Leones. De ahí al final de la ruta, piernas y cerebro luchan de nuevo por imponer sus preferencias; mientras las primeras se quejan demandando tomarse la definitiva bajada a destino como un merecido descanso, el segundo decide por su cuenta que esos abiertos paisajes de la cuenca alta del Río Manzanares a nuestra derecha y las imponentes crestas rocosas de La Peñota a nuestra izquierda son el marco ideal para un último esfuerzo; un último esfuerzo que iba a añadir nuevas y emocionantes experiencias y sensaciones al ya intenso día de deporte en la naturaleza.
En los últimos kilómetros unos pincharon, otros se perdieron por el pueblo… la guinda a una mañana de esfuerzo, pero nada que no se cure con un rápido chapuzón en la piscina de agua helada y con las bandejas de carne que salen de la barbacoa, también ensaladas y verduras para compensar y un postre sorpresa que nos preparó Elisa.
Ya estamos entrenando para la próxima carrera, esta será por Madrid en la competición de Carreras de Empresas el próximo 15 de Diciembre.
Más fotografías en nuestro facebook